INTRODUCCIÓN.
La Psicología es el estudio científico de la conducta y la experiencia, de cómo los seres humanos y los animales sienten, piensan, aprenden y conocen
para adaptarse al medio que les rodea. La psicología moderna se ha dedicado a recoger hechos sobre la conducta y la
experiencia, y a organizarlos sistemáticamente, elaborando teorías para su
comprensión. Estas teorías ayudan a conocer y explicar el comportamiento de los seres humanos y en
alguna ocasión incluso a predecir sus acciones
futuras, pudiendo intervenir sobre ellas.
Históricamente, la psicología se ha dividido en varias áreas de
estudio. No obstante, estas áreas están interrelacionadas y frecuentemente se solapan unas a otras. La psicología fisiológica, por ejemplo, estudia el
funcionamiento del cerebro y del sistema nervioso, mientras que la psicología experimental aplica técnicas de
laboratorio para estudiar, por ejemplo, la percepción o la memoria.
Las áreas de la psicología pueden también describirse en términos de áreas de aplicación. Los psicólogos sociales, por ejemplo, están interesados en las influencias del entorno social sobre el individuo y el
modo en que éstos actúan en grupo. Los psicólogos industriales estudian el
entorno laboral de los trabajadores y los psicólogos de la educación estudian el comportamiento de
los individuos y grupos sociales en los ambientes educativos. La psicología clínica, por último, intenta ayudar a quienes tienen problemas en su vida diaria o sufren
algún trastorno mental.
La psicología procede de muy distintas
fuentes, pero sus orígenes como ciencia habría que buscarlos en los orígenes de la
filosofía, en la antigua Grecia.
Antecedentes filosóficos.
Platón y Aristóteles, como otros filósofos griegos, afrontaron algunas
de las cuestiones básicas de la psicología que aún hoy son objeto de estudio: ¿Nacen
las personas con ciertas aptitudes y habilidades, y con una determinada
personalidad, o se forman como consecuencia de la experiencia? ¿Cómo llega el individuo a conocer el mundo que le rodea? ¿Ciertos pensamientos
son innatos o son todos adquiridos?
Tales cuestiones fueron debatidas durante siglos, pero la psicología científica como tal no se inicia hasta
el siglo XVII con los trabajos del filósofo racionalista francés René Descartes y de los empiristas británicos Thomas Hobbes y John Locke. Descartes afirmaba que el cuerpo humano
era como una maquinaria de relojería, pero que cada mente (o alma) era independiente y única. Mantenía que la mente tiene ciertas
ideas innatas, cruciales para organizar la experiencia que los individuos
tienen del mundo. Hobbes y Locke, por su parte, resaltaron el papel de la
experiencia en el conocimiento humano. Locke creía que toda la información sobre el
mundo físico pasa a través de los sentidos, y que las ideas correctas pueden y deben ser verificadas
con la información sensorial de la que proceden (véase Empirismo).
La corriente más influyente se desarrolló siguiendo el punto de vista de Locke. Sin embargo, ciertos psicólogos europeos que han estudiado la percepción sostendrían varios siglos después la idea cartesiana de que parte de la organización mental es innata. Esta concepción aún juega un papel importante en
las recientes teorías de la percepción y la cognición (pensamiento y razonamiento).
Aparte de esta herencia filosófica, el campo que más ha contribuido al desarrollo de
la psicología científica ha sido la fisiología, es decir, el
estudio de las funciones de los diversos órganos y sistemas del cuerpo humano. El fisiólogo alemán Johannes Müller intentó relacionar la experiencia
sensorial con las actividades del sistema nervioso y del entorno físico de los organismos, pero los primeros representantes auténticos de la psicología experimental fueron el físico alemán Gustav Theodor Fechner y el
fisiólogo, también alemán, Wilhelm Wundt. Ambos son
considerados los padres de la actual psicología científica. Fechner desarrolló métodos experimentales para medir
la intensidad de las sensaciones y relacionarla con la de los estímulos físicos que las provocaban,
estableciendo la ley que lleva su nombre y que es, aún hoy, uno de los principios básicos de la percepción. Wundt, que en 1879 fundó el primer laboratorio de psicología experimental en la ciudad alemana de Leipzig, formó a estudiantes del mundo entero en la nueva ciencia.
Los médicos, preocupados por las
enfermedades mentales, también contribuyeron
al desarrollo de las modernas teorías psicológicas. Así, la clasificación sistemática de estas enfermedades, desarrollada por el pionero de la psiquiatría Emil Kraepelin, estableció las bases de
los métodos de clasificación aún en uso. Más conocido, sin embargo, es el trabajo de Sigmund Freud, quien elaboró el método de investigación y tratamiento conocido como psicoanálisis. En sus trabajos, Freud llamó la atención sobre las pulsiones (instintos)
y los procesos inconscientes que determinan el comportamiento humano. Este énfasis en los contenidos del pensamiento y en la dinámica de la motivación, más que en la naturaleza de la cognición por sí misma, ejerció una influencia decisiva en el desarrollo de la psicología contemporánea.
La psicología en el siglo XX.
Hasta la década de 1960 la psicología estuvo imbuida de consideraciones de índole eminentemente práctica; los psicólogos intentaron aplicar la psicología en la escuela y en los negocios, interesándose muy poco por los procesos mentales y haciendo hincapié exclusivamente en la conducta. Este movimiento, conocido como conductismo,
fue en un primer momento liderado y divulgado por el psicólogo estadounidense John B. Watson.
La psicología actual todavía mantiene muchos de los problemas que se planteó originalmente. Por ejemplo, ciertos psicólogos están interesados ante todo en la
investigación fisiológica, mientras que otros mantienen una orientación clínica, y algunos, una minoría, intentan desarrollar un enfoque más filosófico. Aunque algunos psicólogos pragmáticos insisten aún en que la psicología debe ocuparse sólo de la conducta, olvidándose de los
fenómenos psíquicos internos (que deben incluso ser rechazados por ser inaccesible su
estudio científico), cada vez son más los psicólogos que están hoy de acuerdo en que la experiencia y la vida mental (los procesos psíquicos internos) son un objeto válido de estudio para la psicología científica. Esta vuelta al estudio de
los fenómenos psíquicos internos, conocido como paradigma cognitivo, por oposición al paradigma conductista dominante en la psicología académica durante buena parte del
siglo, comenzó a extenderse a mediados de la década de los años setenta.